Visión general

Roatán, la mayor de las Islas de la Bahía de Honduras, es el hogar de comunidades afroindígenas garífunas y criollas afrocaribeñas forjadas por el exilio, la migración y la resistencia. En 1797, los británicos deportaron a la fuerza a más de 2.500 garífunas de San Vicente a Roatán; aunque muchos se trasladaron más tarde a tierra firme, queda una importante comunidad en Punta Gorda, en la costa norte de la isla. En el siglo XIX, emigrantes negros libres procedentes de las Islas Caimán y otras partes de las Antillas británicas se asentaron en toda la isla (sobre todo en Coxen Hole), estableciendo comunidades criollas protestantes de habla inglesa vinculadas a las economías marítimas regionales y a redes de parentesco. Estas poblaciones afrodescendientes han desafiado durante mucho tiempo los esfuerzos por subsumir sus historias en los relatos nacionales dominantes. En la actualidad, la intensificación del turismo, la especulación inmobiliaria y la migración interna amenazan la vida política y cultural de estas comunidades, pero tanto los garífunas como los criollos siguen defendiendo la memoria colectiva y las reivindicaciones territoriales. Desde la organización de OFRANEH hasta la labor cultural de los centros locales y del fallecido músico y ex diputado Aurelio Martínez, Roatán sigue siendo un lugar de lucha constante por la soberanía negra en el Caribe occidental.

Llegada y asentamiento de los garífunas

Roatán se convirtió en un nodo clave de la diáspora garífuna cuando, en 1797, el ejército británico deportó a más de 2.500 garífunas de San Vicente a la isla tras la Segunda Guerra Caribe. Los garífunas, un pueblo de ascendencia mixta africana e indígena kalinago, se habían resistido durante mucho tiempo a la expansión colonial británica en las Antillas Menores. Su llegada forzada a Roatán marcó tanto una ruptura como un nuevo comienzo. Desamparados en una isla relativamente pequeña con tierras cultivables y recursos limitados, muchos garífunas pronto emigraron a la costa continental, fundando comunidades duraderas en lo que hoy son los departamentos de Atlántida, Colón y Gracias a Dios, así como a lo largo de las costas caribeñas de Nicaragua, Belice y Guatemala. Sin embargo, un pequeño grupo permaneció en Roatán, estableciendo el asentamiento de Punta Gorda. A día de hoy, Punta Gorda se considera la cuna simbólica de la presencia garífuna en Centroamérica. Aquí, la lengua garífuna, los géneros musicales como la punta y la paranda, los rituales ancestrales y las prácticas culinarias siguen siendo cruciales para la vida de la comunidad. Los residentes garífunas de Roatán han desempeñado un papel fundamental en la organización regional en torno a la revitalización de la lengua, la protección de la tierra y la defensa cultural transnacional, especialmente frente al aburguesamiento y la pérdida de tierras impulsados por el turismo.

Criollos afrocaribeños

Además de los garífunas, Roatán también alberga comunidades criollas afrocaribeñas de habla inglesa, cuyas raíces se remontan a las migraciones posteriores a la emancipación de los negros libres de las Islas Caimán, Jamaica y otras partes de las Antillas británicas. Tras la abolición británica de la esclavitud en 1833, muchas familias afrocaribeñas buscaron nuevas oportunidades en el extranjero, emigrando a través de circuitos marítimos de comercio y mano de obra que conectaban el Caribe británico con las Islas de la Bahía y la Mosquitia. El estatus de Roatán como colonia británica de 1852 a 1860 facilitó aún más esta migración.

Los criollos se establecieron en asentamientos clave como Coxen Hole, desarrollando comunidades muy unidas arraigadas en las prácticas religiosas protestantes, la escolarización en inglés, la construcción naval, la pesca y el comercio a pequeña escala. Su continuidad cultural y lingüística con el Caribe anglófono, especialmente en los patrones de habla, las tradiciones culinarias, la música y las redes de parentesco, convirtieron a Roatán en un enclave del Caribe negro dentro de una república centroamericana predominantemente hispanohablante. A pesar de la marginación histórica que sufrieron bajo el dominio hondureño tras la cesión de las Islas de la Bahía al Estado en 1860, los criollos han mantenido su carácter cultural distintivo y un fuerte sentimiento de identidad isleña. Los criollos de Roatán han liderado a menudo la defensa de los derechos locales sobre la tierra y el acceso marítimo, la defensa de la educación bilingüe y la resistencia a los intentos de borrar su presencia histórica mediante políticas de asimilación nacional.

Cambio demográfico

A lo largo de los siglos XX y XXI, la población y el paisaje cultural de Roatán se han visto considerablemente remodelados por oleadas de migración interna e internacional. El crecimiento del turismo de masas, especialmente a través del tráfico de cruceros y la industria del submarinismo, ha provocado una importante afluencia de colonos mestizos procedentes del territorio continental hondureño, así como de expatriados de Norteamérica y Europa. Estos cambios se aceleraron después de que una enmienda constitucional de 1998 permitiera la propiedad extranjera de la tierra, con lo que más del 75% de las tierras de las Islas de la Bahía están ahora en manos de no hondureños. Como consecuencia, las comunidades garífunas y criollas han sido desplazadas constantemente de sus tierras ancestrales y ahora sólo conservan una pequeña parte del territorio de la isla.

Estos cambios demográficos han creado oportunidades económicas para algunos, pero también han intensificado las desigualdades espaciales, la marginación cultural y la degradación ecológica. Los asentamientos tradicionales de afrodescendientes están cada vez más rodeados de urbanizaciones cerradas, hoteles y viviendas de alta densidad, lo que contribuye a dañar el medio ambiente de los ecosistemas terrestres y marinos. Los antiguos residentes, que históricamente practicaban la pesca, la agricultura y la gestión costera ecológicamente sostenibles, han expresado su preocupación por la desaparición de la biodiversidad, el estrés de los arrecifes de coral y la erosión de la vida comunitaria. A pesar de estas presiones, las comunidades garífunas y criollas han respondido a través de la revitalización cultural, la organización de la diáspora y la defensa de sus derechos. Las redes familiares y migratorias transnacionales de Centroamérica, Estados Unidos y el Caribe siguen apoyando la conservación de la lengua, la resiliencia cultural y la movilización política en defensa de la tierra y la memoria.

Soberanía cultural y defensa territorial

Las poblaciones afrodescendientes de Roatán siguen afirmando su soberanía cultural a través de la música, la lengua, la espiritualidad y el activismo local. La vida cultural garífuna ha sido clave para la organización local en torno a la educación, la salud y la tierra. En Punta Gorda y otros asentamientos garífunas, los líderes comunitarios se han movilizado en torno a escuelas bilingües, proyectos de memoria de los ancianos y programas culturales para los jóvenes. La comunidad garífuna de Punta Gorda lleva mucho tiempo resistiendo el despojo y la usurpación de tierras, basándose en siglos de defensa cultural y territorial desde su traslado forzoso a Roatán en 1797. En la década de 1990, esta resistencia tomó una forma más formal a través de organizaciones como el Fideicomiso para el Mejoramiento de Punta Gorda (OPROMEP) y la Organización para el Desarrollo Étnico Comunitario de Honduras (ODECO), que ayudaron a recuperar más de 68 acres de tierras ancestrales, incluidos lugares de importancia histórica y cultural como el Monumento al líder garífuna Joseph Satuye. En reconocimiento a la importancia histórica de Punta Gorda como primer asentamiento garífuna de Centroamérica, el gobierno hondureño la declaró Monumento Nacional en 1996. Los esfuerzos de defensa de la tierra continuaron en la década de 2000 y culminaron en 2011 cuando, tras un intento de desalojo militar por parte del Estado, un amplio proceso de negociación interinstitucional condujo a la concesión a la comunidad de un título formal de propiedad de la tierra que abarcaba más de 150.000 metros cuadrados. Estos acontecimientos no reflejan el comienzo, sino la continuación de una arraigada lucha garífuna por la tierra, la dignidad y el reconocimiento histórico en Roatán.

La identidad criolla, aunque no tan reconocida formalmente por las instituciones públicas como la garífuna, sigue estando muy arraigada en la vida social y cultural de Roatán. Las congregaciones religiosas, las sociedades de ayuda mutua, las redes familiares y las asociaciones comunitarias siguen defendiendo las tradiciones criollas y manteniendo la autonomía local. Aunque los criollos han carecido históricamente del mismo reconocimiento legal que los grupos indígenas o garífunas en la legislación hondureña, su lucha por los derechos culturales y políticos sigue en pie. Ambas comunidades navegan por un terreno difícil marcado por el abandono estatal, la vulnerabilidad medioambiental y el turismo global. Sin embargo, siguen reafirmando que Roatán no es un mero lugar de ocio o inversión internacional, sino una isla del Caribe negro con una historia profunda y una reivindicación permanente de su lugar.

La organización criolla en Roatán se ha centrado históricamente en la preservación cultural, la educación y la autonomía comunitaria. Un ejemplo notable es la Asociación de Profesionales y Trabajadores Nativos de las Islas de la Bahía, que desempeñó un papel fundamental en la negociación del Programa de Educación Cultural Bilingüe para las Islas de la Bahía. Esta iniciativa permitió aumentar la formación de educadores y trabajadores sanitarios, lo que refleja un compromiso más amplio con el mantenimiento del patrimonio lingüístico y cultural de la comunidad criolla. Además de las organizaciones formales, las comunidades criollas de Roatán han mantenido sus tradiciones a través de congregaciones religiosas, sociedades de ayuda mutua y redes familiares. Estos esfuerzos de base han sido esenciales para mantener la identidad criolla, especialmente frente a retos como la migración mestizo-hondureña, la degradación medioambiental y la expansión del turismo.

Organizaciones / Instituciones clave

Organización Fraternal Negra Hondureña (OFRANEH) - Organización nacional que defiende los derechos de los garífunas, la preservación cultural y la protección de la tierra.
● Organización de Desarrollo Étnico Comunitario (ODECO)
- Activa en Roatán, ODECO se centra en el desarrollo comunitario afrohondureño, la revitalización cultural y la defensa de los derechos sobre la tierra.
Organización para el Mejoramiento de Punta Gorda (OPROMEP) - Organización de base comunitaria de Punta Gorda dedicada a mejorar las condiciones de vida, conseguir títulos de propiedad y promover el patrimonio garífuna.
Centro Cultural Garífuna (Punta Gorda) - Centro cultural que ofrece experiencias de inmersión en la historia, las tradiciones y la cocina garífuna. Sirve como recurso educativo tanto para locales como para visitantes.
Native Bay Island Professional and Laborer Association - Organización que representa los intereses de las comunidades afrodescendientes de las Islas de la Bahía, centrada en la preservación cultural y los derechos laborales.
Bay Islands Historical and Cultural Preservation Society (BIHCPS) - Trabaja para proteger y celebrar la historia y las tradiciones únicas de las Islas de la Bahía. Su misión es proteger la historia local creando conciencia y promoviendo la cultura, y su visión es convertirse en un recurso de información y expandir el conocimiento.

Otras lecturas‍

● Kirtsoglou, Elizabeth y Dimitrios Theodossopoulos."'Nos están quitando nuestra cultura': Tourism and Culture Commodification in the Garifuna Community of Roatan". Crítica de la Antropología 24, nº 2 (2004): 135-157.
● Chambers, Glenn A. Race, Nation, and West Indian Immigration to Honduras, 1890-1940. Baton Rouge: Louisiana State University Press, 2010.
● McNelly, Carla A. "Language Learning Perspectives and Experiences of Stakeholders in the Community of Flowers Bay, Roatan, Honduras". Tesis doctoral, Universidad de Oregón, 2014.
● Wilmoth, Idalia Theia. "Neva Fah Get Home: Constructions of Black Roatánin Identity in Roatán, Honduras". Tesis doctoral, Universidad de Indiana, 2023.