Visión general

Situada en la costa oriental de Honduras, en el departamento de Gracias a Dios, Palacios (antes conocida como Río Negro) arrastra el legado de su prominencia en el siglo XVIII como asentamiento británico y uno de los centros políticos, militares y comerciales más importantes de la Mosquitia. Fundado en 1732 por el comerciante inglés William Pitt, Black River se convirtió rápidamente en una potencia regional, gracias a la mano de obra afrodescendiente, las alianzas con los indígenas miskitu y el comercio transimperial. El asentamiento desempeñó un papel fundamental en la resistencia a la invasión colonial española y funcionó como un centro de comercio que rivalizaba con otros puertos importantes de Centroamérica. Aunque más tarde las fuerzas españolas le cambiaron el nombre por el de "Palacios", la ciudad sigue siendo fundamental para la memoria afroindígena y las reivindicaciones territoriales en la Mosquitia hondureña.

Fundaciones afrodescendientes y afroindígenas

La presencia afrodescendiente en la región se remonta al siglo XVII, cuando náufragos africanos/marroquíes esclavizados se integraron en las comunidades miskitu. Estas formaciones afroindígenas no sólo ofrecieron apoyo militar a los británicos contra las incursiones españolas, sino que también configuraron un orden social híbrido a lo largo de la costa. Los africanos esclavizados trabajaban en astilleros, cuidaban plantaciones y recolectaban caoba, caparazón de tortuga, zarzaparrilla y plantas medicinales con destino a Londres y Nueva York. En 1769, Black River tenía una población de 3.000 miskitu, 600 negros esclavizados y 200 colonos blancos o mestizos.

William Pitt, el fundador de la ciudad, era hijo de Thomas "Diamond" Pitt, un rico comerciante de la Compañía de las Indias Orientales. Su fortuna ayudó a fundar Black River, y su matrimonio con una noble española de Tegucigalpa integró aún más el asentamiento en las redes comerciales transimperiales. A pesar de la falta de inversiones misioneras formales, las comunidades afroindígenas preservaron su vida cultural a través de tradiciones orales, prácticas espirituales y el gobierno colectivo.

Evacuación y resistencia

Tras la expulsión de los británicos de Roatán en 1781, los españoles pusieron sus miras en Black River, capturando el asentamiento con un ejército de más de 1.400 soldados. En 1782, una coalición de rangers jamaicanos, milicianos británicos y guerreros miskitu recapturó la ciudad; sin embargo, en 1786, en virtud de la Convención de Londres, Gran Bretaña accedió a evacuar la costa de Mosquito a cambio de ampliar sus derechos en Belice. Más de 2.600 colonos británicos abandonaron Black River rumbo a Belice y Jamaica. La ciudad fue entregada formalmente a los españoles por el nieto de William Pitt, William Pitt Lawrie. Rebautizada como "Palacios" por sus elegantes casas, los españoles intentaron recolonizarla con 240 colonos procedentes de las Islas Canarias. Sin embargo, estos colonos carecían de conocimientos agrícolas y, al prohibírseles comerciar con los miskitu, tuvieron dificultades para sobrevivir. Su presencia terminó de forma decisiva en 1800, cuando el general miskitu Perquin Tempest lanzó una incursión por sorpresa, matando a la mayoría de los colonos que quedaban y restaurando el control mosquitiano. Palacios permaneció abandonada durante casi un siglo.

Demografía

Históricamente, Black River/Palacios fue un centro multiétnico de asentamiento de afrodescendientes, miskitu y británicos. Funcionó como un nodo clave en las redes comerciales y culturales que se extendían desde el Caribe hasta Europa. En su apogeo en el siglo XVIII, era más grande y económicamente más dinámica que ciudades coloniales cercanas como Trujillo y Puerto Caballos. Aunque la evacuación de 1786 alteró significativamente su composición demográfica, el legado de los antiguos residentes afroindígenas de la ciudad perdura en las comunidades garífunas y criollas contemporáneas. En la actualidad, Palacios es una de las mayores ciudades de la Mosquitia hondureña, sólo superada por Puerto Lempira. Su población sigue siendo mayoritariamente miskitu, junto a garífunas y ladinos. Muchas de sus familias remontan su ascendencia a los habitantes originales de Río Negro. Sin embargo, el aislamiento de la ciudad, agravado por el cierre de su pista de aterrizaje y el cambio de rutas marítimas, ha limitado su conectividad regional en la actualidad.

Organización afroindígena y memoria histórica

Palacios forma parte de una red más amplia de lucha afroindígena en toda la Mosquitia. La organización local se apoya en grupos como MASTA (Mosquitia Asla Takanka), que defiende los derechos de los indígenas sobre la tierra, la gestión de los recursos marinos, la educación bilingüe y la protección del medio ambiente. Aunque Palacios aún no cuenta con la misma inversión en infraestructuras que otros centros de la Mosquitia, sigue siendo un lugar vivo de conciencia histórica. Las ruinas del Fuerte Dalling, los antiguos ingenios azucareros británicos y las baterías de cañones son recordatorios físicos del legado histórico de la región. En los últimos años, la comunidad ha intentado restaurar estos lugares, desarrollar un turismo basado en el patrimonio y promover programas educativos centrados en la resistencia afroindígena.

Organizaciones clave

MASTA (Mosquitia Asla Takanka) - La principal federación política que representa los intereses miskitu y afroindígenas en Honduras.

Lecturas complementarias

Griffith Dawson, Frank. "William Pitt's Settlement at Black River on the Mosquito Shore: Un desafío a España en Centroamérica, 1732-87". Hispanic American Historical Review 63, no. 4 (1983): 677-706.
● Offen, Karl. "Cartografía del cautiverio amerindio en la Mosquitia colonial". Revista de Geografía Latinoamericana 14, no. 3 (2015): 35-65.