La Ceiba, situada en la costa norte de Honduras, es un lugar clave para la vida afrocaribeña y la resistencia negra. Es el hogar de las comunidades garífuna y criolla de Bay Island, ambas con profundas historias de migración, autonomía y preservación cultural. Los garífunas llegaron en 1797 tras exiliarse de San Vicente y construyeron comunidades matrifocales basadas en la tierra, mientras que los criollos emigraron de las Islas Caimán en el siglo XIX y mantuvieron vínculos con el Caribe anglófono. A principios del siglo XX, empresas bananeras estadounidenses como la Standard Fruit se apoderaron de tierras garífunas alrededor de La Ceiba con el apoyo del Estado. En la actualidad, el acaparamiento de tierras por parte del turismo y los cárteles de la droga sigue desplazando a estas comunidades. A pesar de las protecciones constitucionales, el Estado hondureño niega a menudo los derechos territoriales y culturales de los garífunas. En respuesta, organizaciones como OFRANEH lideran la lucha por la tierra, la autonomía y la supervivencia cultural.
La presencia de poblaciones de ascendencia africana en Honduras se remonta a 1540, cuando se trajo a africanos esclavizados para trabajar en las minas de plata. En los siglos siguientes, muchos escaparon de la esclavitud y formaron comunidades con indígenas, colonos españoles pobres y negros libres, contribuyendo al desarrollo de la cultura rural mestiza de Honduras. En los siglos XVII y XVIII, bajo el dominio colonial británico, se produjo otra oleada migratoria africana en la bahía de Honduras, donde los africanos trabajaron en plantaciones y en la extracción de recursos naturales, a menudo mezclándose con las poblaciones miskitu de la costa. Hoy, Honduras alberga dos comunidades afrocaribeñas distintas: los criollos de la Bahía y los garífunas.
Los criollos de Bay Island, población anglófona, remontan sus orígenes a las Islas Caimán, adonde llegaron en la década de 1840. Al principio mantuvieron su autonomía cultural y económica mediante la pesca y la agricultura, con fuertes lazos transnacionales con Belice. A mediados del siglo XX, muchos habían pasado a trabajar en plantaciones y en el mar. A pesar de los esfuerzos del gobierno por imponer la asimilación lingüística y cultural, la comunidad criolla de Bay Island ha conservado una identidad afrocaribeña distintiva. Los garífunas, descendientes de africanos occidentales que se refugiaron en San Vicente antes de ser exiliados a la fuerza en 1797, llegaron a la costa norte de Honduras y ahora suman unos 100.000 habitantes. Conocidas por su historia de resistencia política y militar a la dominación colonial, las comunidades garífunas también han mantenido estructuras sociales matrifocales centradas en el liderazgo femenino, la agricultura de subsistencia y la propiedad comunal de la tierra. Sin embargo, estos sistemas se han visto socavados por el desarrollo neoliberal, las normas patriarcales y la reestructuración económica respaldada por el Estado.
La Ceiba, antaño un próspero centro de vida garífuna, se convirtió en un lugar de intensa explotación a principios del siglo XX con el auge de la Standard Fruit Company. Con el apoyo del gobierno hondureño, la empresa adquirió tierras fértiles garífunas con el pretexto del desarrollo de infraestructuras, consolidando así el control del transporte y la agricultura en la región. En la actualidad, las comunidades garífunas siguen enfrentándose al despojo de sus tierras, a la violencia estatal y al desplazamiento vinculado al turismo y a los intereses del narcotráfico. Organizaciones como OFRANEH han estado al frente de esta resistencia, promoviendo reclamaciones legales de tierras ancestrales y promoviendo la protección de la soberanía cultural y política garífuna.
La historia de Honduras suele enmarcarse en sus vínculos con la industria bananera, pero la huelga nacional de 1954 revela una narrativa más amplia de resistencia laboral. El 1 de mayo de ese año, más de 25.000 trabajadores bananeros iniciaron una huelga que se extendió por todo el país. Trabajadores de fábricas, estudiantes, empleados de servicios, grupos de mujeres y otros colectivos se unieron en solidaridad y acabaron elaborando una lista formal de reivindicaciones conocida como Los 30 Puntos, que exigía aumentos salariales y protección laboral. La huelga desafió el dominio de las empresas extranjeras y marcó un cambio significativo en el movimiento obrero del país.
En la actualidad, la comunidad garífuna se enfrenta a formas similares de explotación a través del desarrollo turístico. El Estado promueve la cultura garífuna como parte de una imagen turística exótica al tiempo que niega sus derechos territoriales indígenas. Proyectos como el Indura Beach and Golf Resort de Bahía Tela han desplazado a comunidades garífunas y se han beneficiado de su presencia cultural. En 2009, los residentes garífunas bloquearon una carretera para protestar contra estos proyectos y llamar la atención sobre el uso indebido de sus tierras. La retórica del Estado suele considerar las reclamaciones de tierras garífunas como obstáculos para el crecimiento nacional, lo que ha provocado un aumento de los desplazamientos y la violencia. Los líderes comunitarios que denunciaron amenazas contra sus vidas fueron a menudo ignorados y posteriormente asesinados. En ciudades como La Ceiba, destino turístico clave, las historias de resistencia garífuna han quedado oscurecidas por los intereses comerciales y la negligencia del gobierno.
● Organización Fraternal Negra de Honduras (OFRANEH) - Fundada en 1978, OFRANEH es una organización garífuna de base que defiende los derechos ancestrales a la tierra y promueve la preservación cultural frente al turismo, la explotación y el desplazamiento. Enraizada en un marco matrifocal, está dirigida mayoritariamente por mujeres y ha recibido reconocimiento internacional por su defensa de la justicia medioambiental, la salud y los derechos humanos.
● Miriam Miranda - Activista de toda la vida y actual líder de OFRANEH, Miriam Miranda cuenta con más de 36 años de experiencia en la defensa de los bienes comunes y los derechos humanos del pueblo garífuna. Activa en todo Honduras, incluida La Ceiba, se ha enfrentado a la criminalización, el secuestro y repetidas amenazas por su trabajo de resistencia a la apropiación de tierras, el desarrollo extractivista y la violencia respaldada por el Estado. Bajo su liderazgo, OFRANEH ha promovido demandas legales para la restitución de tierras garífunas y ha desafiado a los organismos internacionales para que reconozcan la desposesión sistémica a la que se enfrentan los afroindígenas hondureños.
● Organización de Desarrollo Étnico Comunitario (ODECO) - Con sede en La Ceiba, ODECO trabaja para promover el desarrollo, los derechos y la visibilidad de las comunidades afrohondureñas, en particular las poblaciones garífunas y criollas. La organización se dedica a la defensa, la educación y el desarrollo comunitario, y lleva mucho tiempo desempeñando un papel clave en la promoción de la justicia racial y el reconocimiento de los afrodescendientes en Honduras.
● Aurelio Martínez - Aurelio Martínez es un reconocido músico, cantautor y embajador cultural garífuna de Plaplaya que se trasladó a La Ceiba a los 14 años para estudiar música formalmente. Aclamado internacionalmente por su dominio de los ritmos e instrumentos tradicionales garífunas -especialmente la paranda-, también es reconocido por fusionar sonidos ancestrales con influencias contemporáneas. Más allá de sus contribuciones musicales, Aurelio hizo historia como el primer hondureño negro en servir en el Congreso Nacional, donde abogó por las comunidades garífunas y costeras.
● Dionisia Amaya-Bonilla ("Mama Nicha") - Nacida en La Ceiba, Dionisia Amaya-Bonilla fue una respetada educadora garífuna, activista y organizadora comunitaria. Más tarde emigró a Nueva York, donde cofundó MUGAMA, Inc, una organización dedicada a apoyar a las mujeres y familias garífunas de la diáspora. Su legado tiende puentes entre la costa caribeña de Honduras y las comunidades garífunas transnacionales, especialmente en Estados Unidos, donde se convirtió en una figura fundacional de la conservación y la defensa de la cultura.
● Chambers, Glenn A. Race, Nation, and West Indian Immigration to Honduras, 1890-1940. Baton Rouge: Louisiana State University Press, 2010.
● Front Line Defenders. 2015. "Miriam Miranda Chamorro". Front Line Defenders. 17 de diciembre de 2015.
● González, Nancie L. Solien. 1988. Sojourners of the Caribbean: Etnogénesis y etnohistoria de los garífunas. Chicago: University of Illinois Press.
● Loperena, Christopher. 2022. Los confines del paraíso: Raza, Extracción y la Lucha por la Vida Negra en Honduras. Stanford: Stanford University Press.
● Portillo Villeda, Suyapa. 2021. Raíces de Resistencia: Una historia de género, raza y trabajo en la costa norte de Honduras. Austin: University Of Texas Press.
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